¿Una filosofía basada en los sentimientos?

¿Os imagináis una filosofía que se base en los sentimientos? Pues podemos encontrarla en la ética de Schopenhauer.

Este filósofo creía que la compasión debía ser lo que fundamentase la moral. Aquello con lo que debiéramos juzgar nuestros actos. Todas nuestras acciones que estén basadas en el egoísmo van a ser consideradas como moralmente malas. Solo las acciones que busquen la justicia y la bondad, serán consideradas como buenas.

La empatía es una característica muy importante en esta ética. La empatía, es decir, la capacidad de ponernos en el lugar de otro y por tanto, poder sentir el dolor ajeno como nuestro; es lo que nos impulsaría a actuar de una forma moralmente buena porque intentaríamos ayudar a solucionar las cuestiones ajenas.

Para Schopenhauer son el placer y el dolor los sentimientos que nos mueven a actuar para bien, o para mal. El egoísmo como hemos visto, nos inclinaría a realizar acciones moralmente malas y lo que buscaríamos en esas acciones sería el placer. El dolor ajeno sentido a través de la empatía también sería un motor que nos llevaría a actuar, pero en este caso por medio de acciones moralmente buenas.

 

 

La maldad

La maldad iría más allá que el egoísmo porque el egoísmo persigue un placer personal pero la maldad va más allá porque no persigue nada. La maldad es desinteresada. Una persona mala es aquella con afán  de hacer daño cuya máxima seria “perjudica a tantas personas como puedas”.

Dentro de esta maldad, las más malas de todas serían el sadismo. El sadismo llevado a la práctica nos daría la crueldad. Las personas que actúan con sadismo son personas crueles. El sadismo despierta ante a aquellos rasgos de la otra persona que deberían suscitar compasión.

Imaginemos una persona con cáncer, para Schopenhauer, este hecho nos debería despertar empatía y ganas de ayudar a esta persona, pero a una persona cruel le despertaría las ganas de hacer todo lo posible para que su dolor creciese. La ética de Schopenhauer es considerada como una ética pesimista, porque se centra en el dolor y sufrimiento como motores de la moral.

¿Y vosotros qué creéis? ¿los sentimientos deben estar presentes en nuestra moral o deberíamos desconfiar de ellos porque nos podrían volver parciales?

Si os interesa ahondar más en la ética podéis leer las entrada La moral y la ética, cuna de cambios y ¿Se puede justificar moralmente la monarquía absoluta?

Por Adrián Moros