Escritos pedagógicos de León Tolstói

Cuando el joven León Tolstói comenzó a tomar las riendas de las propiedades que había heredado, conocía bien la derrota en algunos de los aspectos en los que la experiencia del vivir somete a las personas. Por ejemplo, en su civismo, ante el que tuvo que ser rescatado por su hermano mayor de la vorágine del juego, el alcohol y las prostitutas. O en el académico, cuando abandonó la universidad tras intentar prepararse para la carrera diplomática primero y estudiar Derecho después. En Yásnaia Poliana, su finca más conocida, con el idealismo de su juventud, decidió construir una escuela para los hijos de los campesinos que trabajaban en sus tierras y en la que él mismo también acabaría tomando parte como profesor. Una escuela que, sin pena ni gloria, como la inmensa mayoría de los colegios del mundo, fue consiguiendo su objetivo: educar.

Varios son los ensayos que escribió Tolstói en torno a su experiencia en el mundo de la educación. Los principales de aquellos textos son los que se recogen en el libro Escritos pedagógicos, editado en castellano en 2017 por Ediciones La Llave y que bien merece ser defendido más allá del frenético ritmo de novedades de los escaparates libreros. Escritos pedagógicos tiene una gran ventaja, y es que los ensayos seleccionados tienden a ser breves en número y en extensión al mismo tiempo que acompañan al lector en las reflexiones del escritor ruso, expresadas en diferentes tonos y con objtivos variopintos. La recopilación comienza con el artículo De la educación pública que el filósofo eslavo publicó en el primer número de su revista Yásnaia Poliana. En él aparece el Tolstói ensayista en estado puro, de verbo ágil y pluma afilada, mirada aguda y fluidez a la hora de narrar, y en la que despliega una sana crítica hacia el papel que ejerce la educación pública a la hora de proveer de educación a la ciudadanía y la necesidad de edificar un modelo de calidad que sea capaz de ofrecer conocimientos tanto a pobres como a ricos por igual, sin tropezar en el error de la repetición memorística ni insistir en clase magistral, donde no existe diálogo ni análisis de lo aprendido y profesor y alumnado asumen roles cerrados de poder.

Portada de Escritos Pedagógicos de León Tolstói – Ediciones La Llave

Tras este ejercicio teórico se ofrece al lector uno práctico, una serie de confidencias, a medio camino entre la confesión y el diario, sobre el funcionamiento de su propia escuela. Como cuatro patas ha de tener la mesa que sea de grata utilidad, en el breviario Formación y educación el célebre escritor se centra en disertar sobre estas dos cuestiones tan presentes en el día de hoy cuando el foco educativo, al menos en países como España, se ha desplazado de los estudios universitarios hacia las formaciones profesionales. El libro termina con un broche de oro: dos ensayos, ambos casi revolucionarios, donde el pensador ruso se pregunta sobre el rol entre niños y adultos en la educación y el fundamento de los métodos de enseñanza. La lectura de cada página de este libro resulta tan refrescante como encantadora, no sólo por la reconocida capacidad de León Tolstói a la hora de escribir, sino también por las observaciones y las ideas que expone el autor. En multitud de momentos parece que estuviese analizando nuestro presente, demostrando una vez más que toda evolución tecnológica se convierte en una cortina de humo si no va acompasada de un progreso ético y de un conocimiento verdadero, profundo, de la realidad, de nuestra condición humana y del lugar que ocupamos en el cosmos.

Ediciones La Llave ha publicado este libro tan curioso como valioso, un capítulo del corpus ensayístico del maestro ruso que a pesar de abarcar un tema de gran importancia para el escritor de Yásnaia Poliana ha quedado relegado a un papel secundario en el peso de su obra. Colmado de un pensamiento vibrante que no pierde su capacidad de asombrar con el paso de los siglos y traducido del ruso con la meticulosidad que es habitual encontrar en el exquisito trabajo de Marta Rebón, Escritos pedagógicos se convierte en uno de esos libros que saben seducir al lector al mismo tiempo que le ofrece expandir la mirada de su pensamiento.

Por David Lorenzo