Un laberinto iluminado en Madrid para recorrer nuestro consumo

El movimiento artístico LuzInterruptus llega a Madrid para iluminar la conciencia sobre los residuos plásticos a través de un laberinto creado con bolsas y botellas.

12.000 de botellas de plástico iluminadas en 175 metros de largo abrazan la estatua de Felipe III, símbolo de la Plaza Mayor de Madrid. Es un laberinto que se recorre de noche y que forma parte de la agenda cultural por el IV Centenario de la Plaza. 

Desde este 15 de junio hasta el 18, el Ayuntamiento de Madrid apuesta por el arte urbano para crear conciencia sobre el impacto de la actividad humana en el medio ambiente. Laberinto de Residuos es más que un espacio visualmente atractivo. Lo primero que hay que saber es que ha sido creado por LuzInterruptus, una formación española anónima que juega con la luz para crear espacios artísticos en zonas urbanas.

Nacieron en 2008 y desde entonces han protagonizado espectaculares proyectos en diversas zonas de Madrid y Polonia. Su objetivo es utilizar el arte para llamar la atención de los grades problemas que atraviesan las sociedades.

En esta ocasión, el apoyo vecinal ha sido más que suficiente. Tanto los ciudadanos como otras entidades privadas han aportado más botellas de las necesarias. Una demostración de la enorme cantidad de plástico que utilizamos a diario.

Más allá de la luz, el problema de los residuos plásticos

El pasado 28 de enero aparecía en la costa noruega una ballena muerta. La autopsia que se le realizó al animal provocó un malestar global. “Horrible: esta ballena muerta en Noruega tenía 30 bolsas de plástico en el estómago. Exactamente por este tipo de cosas debemos prevenir la contaminación de plásticos en el mar!”,se lamentaba en twitter Erik Solheim , director ejecutivo del programa para el Medio Ambiente de la ONU.

Horrible: this whale in Norway had 30 plastic bags in its stomach.
Exactly why we need to prevent plastic pollution!https://t.co/vSuUi0DcIa pic.twitter.com/mwMcPRt6Zx

— Erik Solheim (@ErikSolheim) February 2, 2017

De media, cada persona utiliza más de 230 bolsas de plástico al año, en este mismo tiempo,una sola persona genera cerca de 100.000 toneladas de residuos plásticos. El problema está en que estos desechos tardan en descomponerse entre 100 y 400 años según su resistencia.

Aquí no acaba. El plástico afecta de manera grave al medio ambiente y por arrastre a la salud de todos los seres vivos. De hecho, la Organización Mundial de la Salud en conjunto con la UNEP declararon que la disrupción endocrina es una enfermedad provocada por el plástico y se ha convertido en una crisis global. Por eso varios científicos se han unido para que el plástico sea declarado como material peligroso.

En los últimos años Marruecos, Uganda, Tanzania, Kenia o Francia han prohibido el uso de bolsas plásticas para reducir el efecto de su material. No obstante, distintas organizaciones como El Plástico mata defienden que la reducción del plástico y el reciclaje no es suficiente.

Mientras se llega a una solución eficaz, el primer paso está en tomar conciencia del abuso que hacemos del plástico para ser más responsables con su uso y desecho.