Últimas entradas

El odio como síntoma del abandono educativo

En estos últimos años, hemos visto el triunfo electoral en diferentes países de políticos con discursos ofensivos frente a la inmigración, la mujer o diversos colectivos sociales. Países como Polonia o Hungría han sido expedientados por la Unión Europea al promover en sus legislaciones leyes que violan frontalmente los derechos de la comunidad LGTBI, en Brasil, varios fiscales de São Paulo han llevado ante los tribunales al gobierno nacional por sus constantes discursos misóginos y en EE.UU, la negativa a reconocer por parte del expresidente Donald Trump su derrota electoral, sumió durante varios meses al país en una crisis institucional sin precedentes.

Esta forma de hacer política, cada vez más frecuente en nuestras sociedades, choca frontalmente con la idea preconcebida de que vivimos en sociedades cada vez mejor formadas y educadas.

Donaldo Macedo, catedrático de humanidades en la Universidad de Massachusetts, cree que detrás del éxito de la extrema derecha está la progresiva degradación que han sufrido nuestros sistemas educativos a lo largo de las últimas décadas. Para el pensador, la escuela ha ido abandonando su misión original de enseñar valores cívicos y democráticos, en favor de conocimientos técnicos que preparan muy bien para la vida laboral, pero muy mal para la social.

Origen de nuestros sistemas educativos

La educación moderna tiene su origen en los profundos cambios sociales y políticos que trajeron consigo los movimientos ilustrados del siglo XVIII. Estos movimientos -de carácter liberal- lucharon por la emancipación de la sociedad europea de aquellos pensamientos fundamentalistas y dogmáticos, que habían devastado el continente europeo en sucesivas guerras a lo largo del siglo anterior.

La Razón, entendida como facultad humana que nos permite conocer y comprender el mundo que nos rodea, se articuló como motor y eje de trasmisión de las incipientes ciencias naturales y sociales.

La educación de la época se impregnó de este nuevo espíritu crítico y lo integró en sus nuevos contenidos. El objetivo era claro: alejar fundamentalismos a través de una enseñanza pública y generalizada.

A finales del siglo XVIII e inspirado por los ideales ilustrados, el rey prusiano Federico II el Grande a través del decreto Generallandschulreglement de 1773 promulgó que el sistema educativo se generalizase, se financiase estatalmente y se hiciese obligatorio para niños y niñas de 5 a 12 años naciendo así, la primera versión de nuestros sistemas educativos.

Pintura que retrata a Federico II

Desvirtuación del sistema educativo

En los años 60 del siglo pasado, en Estados Unidos hubo una serie de movimientos populares muy potentes que se movilizaron frente a la invasión de Vietnam al considerarla criminal. Estos movimientos, con un amplio conocimiento político y un profundo espíritu democrático, representaron una verdadera amenaza para la clase política y económica del momento en un contexto en el que capitalismo y comunismo se disputaban la hegemonía mundial.

Como respuesta a esta amenaza, las élites capitalistas, entre los que se encontraban David Rockefeller o el expresidente Jimmy Carter, crearon la Comisión Trilateral. Esta comisión de carácter privada tenía como uno de sus objetivos encontrar una vía que desactivase las movilizaciones sociales críticas y con capacidad de evidenciar las conductas inmorales y antidemocráticas de los gobiernos.

La escuela, como una institución capaz de formar ciudadanía con habilidades que le permitieran entender y juzgar el mundo y la sociedad a la que pertenece, fue sustituida por otra vaciada de contenido, saturada de datos (en muchos casos irrelevantes) y con capacidad de formar ciudadanos con habilidad de memorizar mucho, pero entender poco.

Y así, los sistemas educativos han ido abandonando su espíritu crítico junto al contenido práctico y estimulante, y su gestión ha sido entregada a personas mediocres y sin ningún tipo de interés en enseñar.

Consecuencias

Una sociedad no estructurada para que aprenda pensando, si no memorizando, es terriblemente vulnerable a pensamientos e ideologías extremistas.

Joseph Goebbels, ministro para la ilustración y propaganda del régimen nazi, dentro de la teoría de los 11 principios que desarrolló y bajo la cual estructuraba la propaganda de su partido, encontramos el principio de orquestación: “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

Joseph Goebbels

La estrategia de Goebbels no sólo buscaba manipular la opinión pública, si no fabricar una nueva realidad bajo la cual su discurso pareciera mucho menos violento de lo que en realidad era y llegase a ser ampliamente aceptado. Para ello se sirvió de todo un aparato propagandístico con el que propagaba lo que hoy en día conocemos como «Fake News».

Otro eslabón clave para el régimen era poner a la escuela al servicio del partido y de la ideología. Se despidieron a profesores díscolos, se introdujo la propaganda en las aulas y se obligó a los jóvenes a jurar lealtad al führer. Conquistar ideológicamente a toda una generación de jóvenes aseguraba al régimen nazi varias décadas de estabilidad política.

La puesta en práctica de esta teoría, junto al control político de las aulas y a una sociedad con poca formación democrática, llevó al partido nazi a obtener una abrumadura victoria electoral en las elecciones de marzo de 1933 con todos los resultados catastróficos que conllevaron.

Pese a que nuestras sociedades actuales aún están muy lejos de repetir una situación tan dramática como la Alemania Nazi, existe una preocupante voluntad política promovida por instituciones ajenas al control democrático de acaparar y adormecer el espíritu crítico de nuestros sistemas educativos con el mismo objetivo: buscar la sumisión de la sociedad.

Por Adrián Moros (@adrixtercio)

About Adrian Moros (90 Articles)
Estudiante de filosofía y eterno aprendiz de mi mismo. Redactor, escritor, creador y soñador empedernido.

Deja un comentario

A %d blogueros les gusta esto: