Las víctimas de la descolonización en la India
La independencia oficial de la India llegó en 1947. Sin embargo, en la práctica, siguió colonizada por aquellos pensamientos y costumbres británicas que habían estado moldeando a la sociedad india durante más de dos siglos. Las mujeres, los perdedores de la división jerárquica y aquellas personas que reivindicaban una cultura propia siguieron marginados y excluidos de la sociedad de forma sistemática.
En este contexto, la pensadora y filósofa india Gayatri Chakravorty Spivak realizó en su obra ¿Puede hablar el sujeto subalterno?, escrita en 1985, una profunda crítica a una sociedad india que no terminaba de desprenderse de una cultura impuesta que dificultaba la convivencia dentro del país asiático.
La incapacidad de la élite de escuchar al subalterno
Cuando la India se independizó permaneció intacta la estructura de poder que principalmente se basaba en el dinero y el parentesco con los británicos. Las élites, formadas en su mayoría en universidades del Reino Unido pensaban, se comportaban y legislaban como europeos. El país de facto siguió configurándose como una extensión más de Europa y todo lo que sonaba a indio era ignorado y no atendido.
Esta forma de gobernar, según Spivak, afianzó el concepto de ‘subalternidad’. Este último hacía referencia a aquellos colectivos que quedaban fuera de las estrechas miras de la élite y cuya participación en la sociedad solo era la de obedecer. La filósofa creía que la élite gobernante no fue educada para poder escuchar o entender al diferente.
Esta incapacidad de escuchar posicionó a una parte de la sociedad india como subalterna a la otra. En su obra, Spivak lo ejemplificó a través de la historia de una chica que estaba en un grupo político y que, ante su disconformidad con los asesinatos que realizaba su organización, decidió suicidarse con la intención de lanzar un mensaje de rebeldía y repudio ante tales actos.
En la India, los suicidios en el caso de las mujeres, normalmente estaban vinculados a jóvenes que fuera del matrimonio habían quedado embarazadas y que, ante la censura social y carga emocional negativa que ello implicaba, decidían suicidarse. Para que el suicidio de esta joven fuera entendido y no se vinculase a este tipo de suicidio decidió hacerlo mientras menstruaba pero, aun así, su mensaje no fue ni escuchado ni entendido, pues se la tomó como un caso más de suicidio por embarazo no deseado.
Gayatri Chakravorty Spivak en el Subversive Festival
Lo subalterno y la necesidad de un lenguaje nuevo
Lo subalterno lo conformaban mujeres, indígenas, colectivos sociales y pobres, entre otros. Spivak hablaba de la necesidad de deconstruirse a través de la crítica al pensamiento colonial para que, posteriormente, pudieran emerger nuevas formas de pensamiento que ayudasen a restablecer el entendimiento y la comunicación entre los diferentes grupos sociales que conformaban el país.
Para llevar a cabo esta crítica al pensamiento colonial era necesario trabajar en una reflexión sobre el lenguaje, ya que es lo que determina no solo nuestra forma de entender el mundo, sino también de situarnos en él. Un lenguaje dominado por conceptos europeos no ayudaban a entender la realidad india. Para la pensadora era necesario recuperar los idiomas propios del país.
Una vez recuperado un lenguaje propio con la capacidad de reflejar la realidad de los diversos colectivos, estos podrían generar sus propias identidades y dejar de estar definidos por aquellos que los expulsaron del sistema. El lenguaje en la filosofía de Spivak adopta un componente identitario y político que ayuda a los diversos grupos a defender sus derechos frente al resto de la sociedad.
La crítica a la izquierda europea
Para la filósofa, la izquierda europea, lejos de generar las condiciones materiales para que el subalterno pudiera decirse, las boicotea. Spivak acusó a los pensadores franceses Gilles Deleuze y Michel Foucault –referentes del intelectualismo de izquierdas europeo en las décadas de 1960 y 1970– de «soberbios» al haber hablado por el subalterno y haber pretendido representar las luchas de los colectivos afectados sin ni siquiera comprender las bases materiales que los mantenía oprimidos.
Gilles Deleuze
Uno de los errores más marcados de los análisis de estos autores fue haber creído que los subalternos eran generados exclusivamente por la lucha de clases, sin embargo, para Spivak esto iba más allá de una simple lucha de clases: las mujeres ricas también eran silenciadas e ignoradas en la sociedad india. De hecho, para la autora, la subalternidad se veía agravada en la figura de las mujeres. Cuestión que el marxismo clásico ni siquiera tuvo en cuenta en su análisis.
Spivak, como pensadora de izquierdas, que ha sufrido en su piel el fuerte arraigo del pensamiento colonialista, entiende el capitalismo y su pretensión globalista como un nueva nueva amenaza colonial. Pues es difícil desvincular al capitalismo y su globalización de la división internacional del trabajo. Hay naciones (como la India o China) que han sido relegadas a realizar una serie de trabajos con bajos sueldos que una vez realizados son enviados al mundo occidental de una forma más cara. Para justificar esta lógica el capitalismo tiende a defenderlo como una oportunidad de tener trabajo, una especie de modernización.
La autora cree que los procesos coloniales entendidos como la ocupación militar y administrativa de un país han dejado paso a la ocupación a través del capital occidental que llega para saquear las economías y explotar a los trabajadores de países pobres pero que, sin embargo, siguen generando las mismas consecuencias que la colonización tradicional: la invisibilización y el deterioro paulatino de la cultura y costumbres propias de cada país.
Por Adrián Moros (@adrixtercio)
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