El voto femenino en disputa. Clara Campoamor frente a Victoria Kent
En 1931 España vio nacer la II República y el país, se libró del yugo de las monarquías absolutistas que habían cerrado la puerta a cualquier avance social y político de la mujer hasta ese momento. Por primera vez desde el sexenio democrático, las mujeres pudieron aspirar a conseguir más libertades y derechos para sí mismas.
Una de las principales herramientas de avance que ponía a disposición este nuevo régimen político era el voto directo, al que la ciudadanía tenía derecho. Desde ese momento, el conquistar ese derecho también para las mujeres se convirtió en uno de los primeros objetivos a alcanzar por parte del movimiento feminista que cada vez estaba más consolidado en el país.
El día clave que iba a determinar si las mujeres conseguían para sí mismas ese derecho o no era el 1 de octubre de 1931, el último día de debate sobre el sufragio universal y su posterior votación, que además enfrentó en uno de los debates más trascendentes de la historia reciente del país a dos feministas con un mismo objetivo, pero con distintas hojas de ruta.
Clara Campoamor
Clara Campoamor nació en Madrid en 1888. Estudió derecho y se tituló en 1924. Ella junto a Victoria Kent fueron las primeras mujeres en abrir despachos de abogados. Como persona comprometida con los derechos, Campoamor se especializó en los temas jurídicos relacionados con los derechos de la mujer y en combatir los bloqueos legales existentes que impedían ejercerlos.
Campoamor pertenecía al partido Acción Republicana desde 1929 y quería entrar en las listas electorales. Las mujeres tras la reforma electoral que databa de 1907 podían ser parlamentarias pero no votar. En esa época, el machismo aún estaba bastante arraigado sociológicamente -incluido en sectores de la izquierda- y tras la negativa de Acción Republicana de ser incluida en las listas, se pasó al Partido Republicano Radical con quien pudo acceder al parlamento en un momento clave, pues la función de esa nueva corte era la de redactar una nueva constitución en la que se tenía que debatir también el artículo 36 que era, el que debía asegurar el sufragio universal.

Clara Campoamor
Victoria Kent
Victoria Kent hasta cierto punto, llevó una vida muy parecida a la de Clara Campoamor. También estudio y se licenció en derecho. Nació en 1892 en el seno de una familia de clase media. Como era tradición en este tipo de familias, Victoria Kent recibió una educación en casa. Su madre le enseñó a leer y a escribir y no fue a instituciones educativas hasta su entrada en la Universidad Central de Madrid.
Uno de los hitos de Kent fue conseguir ser la primera mujer en entrar en el Colegio de Abogados en plena dictadura de Primo de Rivera. Al igual que Clara Campoamor, Victoria Kent estaba comprometida con el avance en los derechos de la mujer, y se especializó en derecho social.
A las elecciones de 1931, Victoria Kent se presentó por el Partido Republicano Radical Socialista consiguiendo entrar en el parlamento.

Victoria Kent
El debate
El 30 de septiembre de 1931 inicia la primera sesión que debía debatir sobre el sufragio universal. En esta primera sesión se podían presentar enmiendas para modificar o matizar el artículo 36 de la constitución.
Cabe destacar la enmienda presentada por Manuel Hilario Ayuso, catedrático y diputado por Soria que proponía que las mujeres votasen a partir de los 45 años al ser según él, la edad a la que las féminas estaban libres de histeria. Esta enmienda fue duramente criticada por Campoamor que la tachó de “improcedente” y de “broma soez”. Finalmente fue rechazada por la cámara en votación.
El histórico debate entre Victoria Kent y Clara Campoamor inició el día 1 de octubre, el mismo día de la votación. Hay que decir que Victoria Kent no estaba en contra del sufragio universal, lo que pretendía era aplazarlo porque temía que la fuerte influencia patriarcal y la nula educación política que tenían las mujeres en aquella época, fueran suficientes para que votaran en masa a aquellos partidos que les interesasen a sus padres, curas o maridos y de este modo pudieran poner en peligro los valores de la nueva República.
En este sentido se expresaba Kent “En este momento vamos a dar o negar el voto a más de la mitad de los individuos españoles (…) Es necesario aplazar el voto femenino (…) Mientras las escuelas no realicen su función, las mujeres no podrán intervenir en política con eficacia y con fruto”.
Parte de la derecha republicana estaba a favor del sufragio universal probablemente, por los mismos motivos por los que Victoria Kent se situó en contra. Por pensar que las mujeres votarían lo que “sus hombres” les dijeran asegurando así su victoria.

Clara Campoamor ofreciendo su discurso
Sin embargo, en frente de esta tesis, se situaba Clara Campoamor. La diputada defendía la igualdad de derechos y el acceso desde ese mismo momento de las mujeres al voto “La mujer española espera hoy de la República la redención suya y la redención del hijo. No cometáis un error histórico que no tendréis nunca bastante tiempo para llorar al dejar al margen de la República a la mujer”.
Se considera que el discurso de Campoamor por su fuerza y determinación fue decisivo para que finalmente se aprobase el sufragio universal por 161 votos a favor y 121 en contra porque tal y como afirma la filósofa española Amalia Valcárcel en el documental de RTVE, Mujeres en la historia-Clara Campoamor: «su defensa del voto de las mujeres estaba basada en principios y no en consecuencias». Principios que tienen que ver con la justicia social y la igualdad.
Por Adrián Moros (@adrixtercio)
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