El viaje de Chihiro 2/2

Se habían creado unas expectativas respecto a El Viaje de Chihiro. Aunadas, cómo no, por la cantidad de premios y elogios que recibió la película de Miyazaki en 2001. El film empieza con el viaje en coche de la familia de Chihiro a su nueva casa. Su mudanza tiene como objetivo una pequeña casa en un pueblo en la montaña, sin embargo deben adentrarse por un camino en un sinuoso bosque.

Siguiendo los pasos clásicos de un guión de cine, aquí se presenta el planteamiento de toda la historia. El coche de Chihiro se encuentra con una roca a la entrada de un túnel, la cual les obliga a continuar a pie, y abandonan así el coche a su entrada. Al otro lado del túnel descubren una ciudad en buen estado, pero despoblada. Los padres de Chihiro empiezan a comer en un restaurante (vacio) y Chihiro, asustada, decide investigar algo más de aquel curioso lugar.

La roca y el túnel, que ya habían levantado en la familia sus primeros miedos, habían supuesto el primer problema en la historia, sin embargo todos estos ingredientes van creando en el espectador la expectativa de una posible tragedia. Chihiro encuentra en su búsqueda por la ciudad a un joven que le apremia a que se vayan de la ciudad antes de que se haga de noche, sin embargo la noche cae rápida y los faroles de la ciudad ya lucen.

Al llegar hasta sus padres, Chihiro descubre que estos se han convertido en cerdos y es cuando emerge el conflicto y primer punto de inflexión de la protagonista. Aconsejada por el joven (Haku), Chihiro se introduce en los entresijos de aquel lugar, consigue trabajo en los baños termales de tan curiosa ciudad. Allí conoce a la bruja (Yubaba) que domina aquel lugar y que en un futuro puede ser la única salida para sus padres. Cuando se conocen, una de las primeras cosas que le dice Yubaba a Chihiro representa a la perfección el marco fantasioso de tan extraño lugar: «Es una casa de baños donde ocho millones de dioses vienen a descansar sus doloridos huesos». Y es que habitan la ciudad animales parlantes, espiritus, dioses, un dragón…

La joven, asentada en su trabajo en los baños y ayudada de vez en cuando por Haku, Lin o Kamayu, empieza a ser rodeada de extraños acontecimientos que inevitablemente la señalan, pese a que consigue salir de ellos airosa. En uno de estos lances, Chihiro conoce a la hermana gemela de Yubaba (Zeniba), que en este caso es una bruja buena. A través de ella y Haku, Chihiro consigue recuperar un sello de Zeniba que había robado el joven Haku, embrujado por Yubaba. Gracias a la recuperación del mismo y a la astucia de Chihiro, esta consigue que Yubaba vuelva a transformar en humanos a sus padres, alcanzando el clímax del film, y cierra así una gran historia de superación, amor y fantasía.

Envuelta en una banda sonora maravillosa que hace viajar al espectador sin darse cuenta por la trama, El viaje de Chihiro tiene en la imagen otro pilar fantástico. La forma de sus personajes no aporta grandes novedades ya que son muy similares a otras películas del  género. Sin embargo, la creación de escenarios que consigue Miyazaki si es remarcable. Cada escenario de la película (calles, habitaciones, bosques…) se asemeja más a un gran lienzo que a un dibujo. Aporta como es obvio, un toque distintivo a la película, envolviendola de una mayor realidad y belleza. Contando incluso con desenfoques en los dibujos, imitando el funcionamiento de una cámara real y el lenguaje audiovisual.

 

                                                                                                   Por Javier Gimeno (@Javi_Tonic)