Cómo evitar la resistencia a los antibióticos

Antes de empezar a explicar la solución a este problema que preocupa a nivel mundial, resulta necesario recordar la historia de uno de los grandes inventos del Siglo XX, los antibióticos.

A partir de la década de 1940, el descubrimiento de los antibióticos para el tratamiento de infecciones bacterianas, tanto en el hombre como en animales, revolucionó la sanidad y se convirtió en uno de los grandes avances de la historia. Desde entonces fue de uso indispensable, sobre todo durante la II Guerra Mundial que es donde se marcó su gran utilidad, ya que se salvaron muchas vidas al tratar infecciones producidas por simples heridas.

Con todo este avance, se aprecia en los últimos años, la resistencia a los antibióticos.

Se entiende por resistencia a los antibióticos, cuando se tiene una infección y los tratamientos dejan de ser eficaces, las infecciones persisten y se incrementa el riesgo de diseminación a personas, animales, alimentos y medio ambiente. Significa en la salud pública un problema alarmante a nivel mundial. Esto se da por un uso excesivo y frecuentemente inadecuado tanto en atención primaria (por un mal diagnóstico, tratamiento inapropiado para una infección, etc. ), hospitalaria (por un ligero aumento de dosis de antibióticos, administración en casos innecesarios, etc.), y sobre todo el uso que le dan los pacientes.

Causas

Las características del paciente (ancianos o de bajo nivel socio-cultural), las del tratamiento(duración, cantidad de la dosis o los efectos adversos) y las características de la enfermedad son las grandes causas de este problema. Pero no son las únicas, está el paciente que no comprende la razón por la que toma la medicación, el que considera que se ha recuperado antes de empezar el tratamiento, los efectos molestos e inesperados, el miedo a tomar la medicación, sabor desagradable, demasiados medicamentos o abandono de algunos.

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Consecuencias

Todo este incumplimiento, no solo se da en antibióticos, sino que en todos los medicamentos. Cabe alertar que esto conlleva consecuencias muy graves, ya que incrementa la morbilidad y la mortalidad de los procesos infecciosos, contribuye a la diseminación de la resistencia a los antibióticos, aumenta la frecuencia de efectos adversos relacionados como la diarrea o la toxicidad de los riñones, e incrementa innecesariamente el coste de la atención sanitaria.Para evitarlo, los profesionales sanitarios intentan mejorar, pero requieren de colaboración por parte del paciente que debe pedir información en caso de que no se le proporcione, aceptar y confiar sin sentirse obligado a seguir el tratamiento, y pensar finalmente que es por su bien y el de los demás.

Recomendaciones

Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Comisión Europea (CE) indican que para tener éxito en la lucha contra la resistencia a los antibióticos se requiere un planteamiento global y multidisciplinario, en el que se incluyan todos los agentes implicados tales como diferentes profesionales sanitarios con capacidad para prescribir los medicamentos, farmacéuticos, farmacólogos clínicos, microbiólogos, profesionales dedicados a la medicina preventiva, profesionales de enfermería, así como los dedicados a la vigilancia y al estudio de la resistencia a los antibióticos, profesionales con actividades en el campo de la veterinaria, entidades sociales que favorezcan la difusión de los mensajes a la opinión pública y, de manera muy relevante, responsables de la Administración con capacidad de implementar estas estrategias de control.

El objetivo de este grupo de trabajo es intensificar la cooperación para el uso adecuado de antibióticos en salud humana y animal, prevenir las infecciones producidas por bacterias resistentes y desarrollar estrategias para la mejora en el desarrollo de nuevos antibióticos.

En resumen, nos enfrentamos a una amenaza para el que podría no haber solución alguna si no actuamos rápido. Si no se hace nada, se prevé que habrá un aumento de muertes por año por infecciones que antes eran fácilmente curables, ya que en España causa 2500 muertes anuales y genera un gasto adicional sanitario de 150 millones de euros, según la agencia española de medicamentos y productos sanitarios (AEMPS).

Desde hace unos años se ha desarrollado el Plan Nacional Frente a la resistencia a Antibióticos, del que forman parte expertos de la salud humana y animal y consta de 6 estrategias:

Vigilancia: del consumo de antibióticos y de las bacterias resistentes, a través de la receta electrónica y la creación de una red de laboratorios de apoyo.

Control: mediante la difusión y promoción de programas de uso adecuado de antibióticos y guías de prescripción.

Prevención: impulsando medidas para evitar las infecciones y el uso de herramientas que facilite el diagnostico.

Investigación: para mejorar el conocimiento de las causas y consecuencias de la resistencia además de fomentar el desarrollo de nuevos antibióticos y alternativas a los mismos.

Formación: debe ser una constante para todos los profesionales de la salud en todas las etapas de su carrera.

Comunicación: siempre imprescindible, nos permitirá sensibilizar al consumidor sobre el buen uso de los antibióticos.

Hay que cortar este problema que está afectando a la salud de toda la sociedad de forma urgente, se necesita una nueva actitud y mucha colaboración, en definitiva, la solución está en nuestras manos.

Por Samar Douh

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