Música gratis como protesta

En el corazón de Santo Domingo convulsiona una calle. El Conde. Centro de comercios y puestos ambulantes, nadie que haya visitado la capital de República Dominicana ha olvidado este paseo de 1000 metros y 474 años. Allí convergen sin dificultad y de manera atropellada tradición y modernidad, y allí también numerosos niños sin hogar aprenden gratis a tocar la guitarra o el violín.

Camilo Rijo Fulcar es un joven diferente, a sus 25 años se ha convertido en un referente social para todos los dominicanos que conocen su historia. Y es que este músico es el responsable de un proyecto solidario por el que se enseña música gratuita a niños sin hogar o con escasos recursos en la capital de República Dominicana.

Desde mediados de 2015 «La escuelita de Música de El Conde» inicia sus clases todos los domingos de 4 a 7 de la tarde. Así la antigua calle colonial de Santo Domingo se convierte por unas horas en un espacio abierto donde muchos jóvenes tienen la oportunidad de desarrollar sus capacidades musicales con instrumentos donados por voluntarios.

Además de ser una fuente de enriquecimiento cultural, la escuelita es una protesta pacífica que reclama mayores ayudas gubernamentales en pro del futuro de los niños y adolescentes que a día de hoy duermen en las calles o carecen de recursos suficientes para su desarrollo. “Queremos que las autoridades tomen cartas en el asunto con el tema de la explotación infantil; son miles los niños que hoy están en la calle bajo condiciones infrahumanas y los programas no son suficientes”, afirma Camilo.

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La Escuelita forma parte de la Asociación de Artistas en la Calle, ASOARTCA, y busca sacar a los jóvenes de las calles e introducirlos en la música.

Pese a todo, el creador de esta iniciativa es más que un soñador y emprendedor social; a principios de este año también se ha convertido en un referente de la lucha contra el cáncer. Camilo Rijo Fulcar fue diagnosticado en diciembre de 2016 con un tumor maligno en el hígado por lo que fue intervenido. No obstante, la cirugía descubrió otro problema. Encontraron tres ganglios metastásicos en su interior. Esto significa que el cáncer podría extenderse a otras partes de su cuerpo a menos que consuma un medicamento de quimioterapia oral (Nexavar) a diario y durante tres años. La dificultad estaba pues en el coste, 6 millones de pesos dominicanos (unos 120 mil euros en total).

Camilo sintió que aquel diagnóstico “lo liberó de toda preocupación y pena” y en vez de rendirse emprendió una nueva campaña para recaudar fondos con los que costear sus pastillas, sensibilizar a la población sobre el cáncer y, sobre todo, proyectar buena energía y autoestima a aquellos que sufren una enfermedad. “Me volví plenamente feliz. Me sentí iluminado porque uno se vuelve loco y se ahoga en un vaso de agua por cosas sencillas. Hay que saber dejar ir las cosas así como llegan. Por eso he creado la campaña #Ríeteconmigo para animar a las personas enfermas y que se rían de sus desgracias. Cuando uno está enfermo y se deprime es muy posible que se caiga en un círculo vicioso donde los demás en vez de motivarte te deprimen más con sus pésames como si ya estuvieras muerto en vida”, narra el artista.

Gracias al apoyo ciudadano, Camilo no ha tenido dificultades para costear su tratamiento. A principios de marzo anunciaba emocionado en sus redes sociales que el Seguro Nacional de Salud de República Dominicana (SENASA) asumirá la totalidad de su tratamiento. Sin embargo, no todas las personas con cáncer en el país han corrido con la misma suerte. Por ello, Camilo desea abrir una especie de asociación de pacientes oncológicos que no pueden asumir el pago de sus medicamentos. “Ahora también Ríete conmigo quiere buscar ayuda para el tratamiento de personas con cáncer en República Dominicana, muchos de ellos no tienen la suerte y el apoyo que tengo yo. Así como fundé la escuelita de música como protesta, también hay que luchar por los derechos de estos enfermos y que el estado les brinde apoyo para sus medicamentos. La vida no debe tener un precio, la gente no debe morirse por enfermedades curables”, declara Camilo.

Con ganas de seguir adelante

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Camilo empezó a tocar la guitarra en 2006, más tarde ingresó en el Conservatorio Nacional de Música y en la USAD desde 2010. Foto: Marisol Pe y Merleny Garo

A pesar de los diversos inconvenientes a los que se enfrenta con su nuevo estado, Camilo trabaja de manera constante por realizar los otros sueños que alberga. «Sigo componiendo piezas instrumentales, quiero grabar un CD de guitarra de Ballumba Landestoy que es el mejor representante de música clásica dominicana y quiero seguir grabando con mi banda de Metal y lanzar nuestro álbum», cuenta.

La música ha sido un apoyo importante para el artista, con ella ha conseguido impulsar una oportunidad para niños sin recursos y en ella ha encontrado sin duda el mejor terreno para dejar su huella.

Por Flor Medina (@Fsilvestre5)

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