10 años de agua potable en 9 meses

Solidaridad sobre ruedas, así es el proyecto con el que cuatro jóvenes zaragozanos recorrieron durante nueve meses once países de Latinoamérica para donar filtros de agua. Ahora están de vuelta y con mucho que hacer, entre ello el documental de su iniciativa por el que están buscando productora. Hablamos con uno de ellos, Chechu Pajares, para acercarnos a la esencia de The Water Van Project.

1000 millones de personas no tienen acceso a agua potable en el mundo, solo en Latinoamérica mueren 100 mil personas al año por agua contaminada. Con esta realidad se chocaron cuatro amigos de Zaragoza. Fue así cómo se les ocurrió llevar un pequeño gran proyecto, The Water Van Project, y emprender una de las mayores aventuras de sus vidas…

Hasta aquí la historia suena como a otras tantas en las que un grupo empieza una idea atrevida y solidaria. Pero lo curioso de esta es que Eduardo Salvo, Jorge Horno, Chechu Pajares y Diego Felez tenían una profesión y un trabajo estable. Tanto Eduardo como Jorge vivían en San Francisco, California, donde hacían de gestión en análisis y trader y productor manager de HP respectivamente. Por otro lado, Chechu Pajares se dedicaba a la fotografía después de estudiar derecho mientras que Diego era account manager en Amazon, Madrid. No es de extrañar que en sus casas pensaran que se habían vuelto locos cuando un día (salvo Diego que se tomó una excedencia) anunciaron que durante los siguientes nueve meses recorrerían desde México hasta Perú sobre una furgoneta poblados remotos de Latinoamérica para donar filtros de agua. Sin embargo, habría que retroceder un año atrás para entender la auténtica razón de este proyecto cuanto menos apasionante.

-Lo dejasteis todo porque, entre otras razones, no os sentíais plenos con lo que hacíais, ¿cómo se explica eso?

-creemos que vivimos en un mundo muy afortunado por las posibilidades que tenemos donde hemos nacido, por el contrario vivimos en un mundo donde parece ser que a lo único que estamos destinados es a ser peones de grandes empresas para trabajar mínimo 40 horas a la semana, mínimo 11 meses al año y cobrar un sueldo que solo podemos disfrutar algún fin de semana o 20-30 días al año. Creemos que, a no ser que estés haciendo algo que realmente te apasiona, no merece la pena. La vida es muy corta para estar tanto tiempo haciendo algo que no te llena de verdad. No nos podíamos quejar, pero sí que podíamos aspirar a más. Hacer cosas que te llenen internamente y no de dinero, esa fue la razón por la que todos a pesar de hacer trabajos buenos lo dejamos para empezar The Water Van Project.

-9 meses en Latinoamérica, ¿qué habéis conseguido?

-Hemos conseguido donar 900 filtros  de purificación en siete países que van a dar agua potable en los próximos 10 años a más de 15 mil personas.

-¿Por qué América?

-Nos apetecía viajar allí, nunca habíamos estado antes y  el idioma era un plus para relacionarnos con la gente. Además el problema del agua allí es increíble, es el continente que posee el 35% de las reservas de agua dulce del planeta pero es el segundo continente, después de África, que más problemas tiene de acceso a agua potable y de muertes producidas por el consumo de agua contaminada. Ese fue el dato que nos hizo pensar que allí había que hacer algo.

 

 

 

-¿Cuáles fueron vuestros temores antes de conducir este proyecto?

-Siempre hemos sido los cuatro muy soñadores y positivos. Más que temores sentimos dudas. Por ejemplo, dudamos de si la gente donaría en la campaña de crowfounding, de si conseguiríamos el dinero suficiente para hacer el  viaje… En España se tiene un concepto muchas veces erróneo de Latinoamérica por lo que se escucha en las noticias, que solo son cosas malas, y luego hay otra parte enorme que no se cuenta. Estas cosas aunque no pienses en ellos te hacen plantearte un poco lo que te puede pasar allí. También nos preocupaba el qué tan efectivos serían los filtros que llevaríamos allí, que al final resultó ser híper necesarios.

-En base a vuestra experiencia, ¿qué impide a las aldeas que visitasteis tener agua potable?

-La mala gestión de los recursos. Existen casos en los que el gobierno no hace absolutamente nada para llevar agua potable a estas comunidades, que la hay.  En muchos casos esto se debe a la corrupción y presión de intereses políticos, sociales o empresariales. Es increíble de los muchos problemas que causan empresas occidentales; en las comunidades indígenas de México, por ejemplo, hay grandes empresas que se están apropiado de manantiales de los que se abastecían algunas comunidades, y ahora deben andar 3 horas a otro río o manantial para abastecerse de agua cuando antes solo tenían que andar 15 minutos.

-¿Qué os ha aportado vuestras respectivas profesiones a este proyecto?

-Está claro que lo que hemos estudiado nos ha aportado conocimientos generales, constancia y perseverancia. Pero no es lo que hemos estudiado lo que nos ha dado la capacidad para hacer este proyecto. No hace falta estudiar ninguna carrera para hacer lo que hemos hecho, solo hay que soñarlo, creerlo, juntarte con las personas adecuadas y hacerlo con esfuerzo.

– ¿Habéis aprendido algo de la gente a la que ayudasteis?

– Aprendes demasiado sobre la vida, a compartir, a apreciar lo que tenemos, a relativizar todos los problemas que a veces nos creamos y a apreciar que realmente con poquito se puede ser feliz. La felicidad está dentro de nosotros y no en lo que tengamos o en lo que consigamos. Sobre todo aprendes a amar. Ha habido comunidades donde hemos ido y no hemos podido hacer nada porque los filtros no purifican el agua salada y aun sabiéndolo desde un principio nos han abierto las puertas de sus casas y de su corazón, eso te enseña a amar y a ser más cercano con los tuyos y con la familia.

-¿Dónde habéis dejado la furgoneta?

-(resopla y ríe) ¡Afortunadamente la conseguimos vender! El último proyecto lo terminamos a una semana de volvernos a España y por suerte conseguimos venderla a un señor de Lima y recuperamos esa inversión.

-¿Os volveríais a montar en una?

-Yo sin duda. La cuestión es que ahora cada uno tenemos que enfocarnos en nuestras respectivas carreras profesionales para vivir de algo. Con The Water Van Project una de las decisiones que tomamos es que jamás nos vamos a lucrar y esto se queda en los estatutos de la asociación porque perdería toda la esencia. Yo me seguiré dedicando a la fotografía y al vídeo, Coke, Edu y Diego no lo tienen claro todavía, pero tienen un tiempo para pensárselo.  Si nos montáramos en otra furgoneta sería alquilada, es probable que por un mes o unas semanas, en un proyecto en África o en Latinoamérica. Lo que es seguro es que en un futuro vamos a ampliar ayudas donde hemos estado con una o dos ONGs con las que trabajamos como Ayuda en Acción.

-¿Cómo os sentís después de haber estado tantos meses fuera?

-Estamos muy satisfechos de ver lo que hemos conseguido nosotros y cientos de personas que nos han ayudado. Hay muchas personas que nos están escribiendo para decirnos que se están animando a hacer algo por alguien… no hace falta irte a Latinoamérica ni viajar tantos kilómetros, puedes ayudar en tu ciudad echándole una sonrisa al portero de tu casa o haciendo pequeños gestos.

Si antes nuestra amistad era increíble…pasados nueve meses metidos en una furgoneta pues se ha reforzado muchísimo más, cosa que pensamos que no era posible. Esto nunca hubiese sido posible si no fuéramos hermanos prácticamente.

Ha sido mezcla de lo que siempre ha sido nuestra pasión que es viajar y ahora producir una mejora en la calidad de vida de otras personas. Haber cumplido este sueño crea una sensación mágica de bienestar y felicidad. Ha sido la mejor experiencia de nuestras vidas y esperamos estar comenzando un movimiento que en el futuro lleve agua potable a miles de personas.

Flor Medina (Fsilvestrem5)