Cambiar de vida a pura voluntad

#HomelessEntrepeur es mucho más que un hastag, detrás se afianza todo un proyecto revolucionario que busca techo y trabajo a personas sin hogar.

PIE DE FOTO: Realizan actividades una vez cada 30-60 días donde involucran a los viandantes.

Realizan actividades una vez cada 30-60 días donde involucran a los viandantes.

F. M./ Marcos tenía un sueño: abandonar las calles y empezar una nueva vida en la que pueda trabajar y tener un techo bajo el que dormir. Su objetivo se ha hecho realidad gracias a un proyecto que lucha para que se publique su primer libro de poesía.

Fueron los versos de Federico García Lorca los que hicieron a Marcos, un hombre español de 40 años, descubrir su pasión por la literatura hasta convertirse en “una necesidad existencial”. Un día, mientras recitaba uno de sus poemas en la calle que ha sido su hogar durante siete años fue escuchado por un joven llamado Andrew Funk. A partir de ese momento germinó entre los dos una fuerte amistad y la semilla de un proyecto que a día de hoy parece funcionar en su reto de eliminar el sinhogarismo en Barcelona.

Ahora escribir es su válvula de escape, su medio de expresión y también su oportunidad para volver a salir adelante. “Le digo a todos los que están en la calle que no pierdan la esperanza porque siempre hay alguien dispuesto a tenderte la mano, solo hace falta un requisito: dejarse ayudar”, testifica.

Como Marcos existen 2800 personas en Barcelona, según el mayor estudio sobre sinhogarismo por el Servicio de Inserción Social del Ayuntamiento de la ciudad. Se estima que en España hay unos 23 millones de personas sin techo o con techo precario, no obstante, no hay datos exactos desde el último censo nacional por el INE en 2012 que situaba en 23.000 esta cifra.

La iniciativa se llama #HomelessEntrepeur (Sin techo emprendedor, en español) y fue creada en junio de 2015 por Andrew Funk, un joven estadounidense que llegó a España con 17 años para aprender español. El reto es acabar con el sinhogarismo en Barcelona gracias al apoyo colectivo y el esfuerzo personal. “El criterio es muy sencillo: ser una persona sin hogar; querer contar tu historia y querer salir de la calle”, explica el creador.

-“Lo peor de ser invisible es saber que no lo eres de verdad y que las únicas personas que pueden ayudarte están ciegas a tu situación”, cuenta Funk quien durante un tiempo vivió en la calle para experimentar en primera persona el drama de ser un sintecho.

Marcos fue el primero en formar parte de la primera fase del proyecto, #HomelessEntrepreneur, que se estableció en unos 6 u 8 meses. En la siguiente fase, #EstablishedEntrepeneur, se convertirá en tutor de otras dos personas. La intención es que el número de personas sin hogar que participen se doble paulatinamente, y parece que se está consiguiendo. Ya se han incorporado Enrique y Andrzej que se dedican a ser de guía turístico y realizar charlas de motivación respectivamente. 

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Izquierda Marcos, derecha arriba Enrique y abajo Andrzej.

Por el momento, se cuenta con más de 30 voluntarios entre los que destacan un psicólogo, un quiropráctico y una coordinadora personal. También se reciben móviles y pequeñas donaciones monetarias. En un principio llegaron a recaudar 4,804 euros gracias a una campaña de crowdfunding que se destinó en una vivienda para Marcos. Cada mes reciben donaciones en Pantreon que sirven para que Marcos pueda convertirse en un escritor profesional y ayudar a los nuevos participantes a cambiar de vida.

-“Si realmente nos importan las personas en nuestra sociedad, no hay ninguna excusa por dejarles quedar sin techo y sin esperanza. El problema de sinhogarismo pone en evidencia la sociedad en la que existe”, concluye Andrew.

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