“Todo es entrenable. La tristeza es entrenable, la alegría también”
La edición 2016 de la fundación LQDVI regresó con nuevas historias de esfuerzo y motivación
A Miriam la empujaban para que se levantara una y otra vez, en eso consistía su terapia de rehabilitación para ganar movilidad debido a la parálisis cerebral con la que nació. Este fue el inicio de un largo aprendizaje de autoaceptación y superación personal. Pese a ello, consiguió transformar sus dificultades en fortalezas.
“La única manera de avanzar y dar pasos es que cuando te caes te tienes que levantar porque es la única forma que tienes para avanzar”
Miriam Fernández fue la primera en abrir la ronda de ponencias programadas por la Asociación Lo Que de Verdad Importa, que hizo una parada por la ciudad de Zaragoza el pasado 26 de febrero en su VI edición.

Kevin Pierce, Enhamed Enhamed y Miriam Fernández, los tres protagonistas de LQDVI 2016
Esta madrileña de 25 años nunca se rindió, aunque en muchas ocasiones le dijeron que no podría. Fue víctima del bullying durante diez años, situación que quiso denunciar con un mensaje directo y claro a los más de 1000 jóvenes que participaron del congreso: “No solo hace bullying la persona que se mete con alguien, también lo hace el que lo presencia y no hace nada”.
Fernández contó que llegó un momento en el que el acoso la hizo desaparecer y tomar una actitud pasiva. De repente su autoestima dependía del trato recibido por los demás. Ante esta situación, decidió replantearse su actitud, cambiar los ‘porqués’ por el ‘para qué.
Y una clara demostración de su energía interior fue su paso por el conocido programa Tú Sí que Vales 2011 donde ganó y desde el que se proyectó su carrera artística.
Este año, la asociación LQDVI ha contado con historias cuanto menos asombrosas, si la de Miriam Fernández invitaba a ‘cambiar el chip’ para disfrutar de la vida, la de Kevin Pearce invita a tomar conciencia de cómo en un instante todo puede cambiar.
El snowboarder estadounidense tenía una vida llena de emociones fuertes. Estaba proyectado hacia su meta de convertirse en el mejor del mundo en este deporte de riesgo. Pero todo se transformó el 31 de diciembre de 2009. Mientras practicaba saltos que esperaba exhibir en los Juegos Olímpicos de Vancouver 2010, tuvo una mala caída que le provocó un severo traumatismo craneoencefálico.
“Cuando desperté en el hospital, lo primero que recuerdo fue haber escuchado a la voz de mi madre. Mamá, tengo que salir de aquí, le dije, en serio, necesito prepararme para los Olímpicos. No estoy listo aún. Nada, ninguna palabra vino. Aparte de la habilidad de apretar su mano, era incapaz de comunicarme”.
Después de seis días en coma, Pierce, con 22 años, vio cómo su ansiado sueño se alejaba a la vez que intentaba recuperarse. Aprender a tomar objetos con las manos, caminar sin perder el equilibrio o el simple hecho de sostener un vaso para beber agua se convirtió en un reto constante.
Lejos de lo que se esperaba y con el apoyo fiel de su familia, Pierce recuperó poco a poco su capacidad motora y también el entusiasmo que tanto lo caracteriza. Decidió volver a la nieve, no sin algunas resistencias, y emprendió un camino hacia su espiritualidad. “Todo ocurre por algo”.
En 2014 fundó junto a su hermano, Adam Pierce- también afectado por una lesión cerebral- la organización ‘Love Your Brain’ donde ayuda a las personas con lesiones cerebrales a recuperarse física y emocionalmente.
Uno de los mensajes principales fue la de transformar la energía a través de pensamientos positivos. Una actividad fundamental en el mundo del deporte, relacionado con la última y extraordinaria historia de Enhamed Enhamed.
Considerado el Michael Phelps español y el mejor nadador paralímpico de la historia, ha sido capaz de romper lo establecido. Batió dos récords del mundo y ganó cuatro medallas de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín. Pero ese no fue su primer logro y tampoco el último.
“Todo es entrenable. La tristeza es entrenable, la alegría también”
Sin embargo, lo más impactante de Enhamed trasciende sus logros, es su manera de pensar que ha transformado su manera de vivir. Todo empezó cuando, como él mismo dice, “ganó la ceguera” a los 8 años. A partir de este momento, Enhamed tuvo que pasar por enormes dificultades a la vez que luchaba por mantenerse con ganas de vivir y ser independiente.
“Un niño me preguntó: ¿Usted cambiaría las medallas por volver a ver? Y me sorprendí diciéndole que no. Me sorprendí diciéndole que no y fue porque de repente vi todos esos años de llorar por pensar porqué me ha tocado a mí y siempre pensar que la ceguera era una excusa para no hacer nada. Tenía el conflicto interno entre la excusa de ‘pobrecito de mí que soy ciego’ y el decir ‘puedo realmente hacer las cosas’. Los últimos dos años en los que pensaba que trabajaba por una medalla, por un récord del mundo, no me daba cuenta de que en realidad trabajaba por mi vida. Y por eso dije que no. Las cosas no tienen mayor significado que el que les demos. Y el significado que tenían las medallas para mí era el camino que había hecho. Desde ese momento dejé de decir: ‘perdí la ceguera a los 8 años’ y empecé a decir: ‘gané la ceguera’ porque es mía y es mi razón para cada día seguir adelante. Hay una grandeza dentro de cada uno de nosotros mucho mayor de lo que creemos.”
Enhamed vive ahora en San Francisco y continúa planteándose retos deportivos. Ha publicado un libro de motivación ‘Iron Mind’ en el que relata experiencias personales y comparte uno de sus mensajes más potentes: “Los extraordinarios ganan antes de competir y el éxito está en tu mente”.
Con estas tres historias concluyó la jornada de LQDVI en Zaragoza, una organización sin ánimo de lucro cuyo fin es promover valores e ideas que inspiren y llenen de esperanza.
-Flor Medina (Fsilvestre5)
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